Le Mas de Peint

En el corazón de La Camarga, con sus caballos salvajes, toros negroazulados y arrozales – y a tan sólo 20 minutos de la preciosa ciudad de Arles – se encuentra el hotel Le Mas de Peint, creación única y preciosa de la arquitecto Lucille Bon y su marido ranchero Jacques. Aprovechando el talento de ella como arquitecto y de él en temas de aire libre y naturaleza, la pareja ha conseguido crear una preciosa y relajante casa rural–hotel rodeada de una de las zonas campestres mejor conservadas de Francia y en el corazón de la Reserva Natural de La Camarga. La historia comienza cuando uno de los antepasados de Jacques presta dinero a la ciudad de Arles, casi en bancarrota. Cuando la suerte sigue sin sonreírle a la villa provenzal y el gobierno local entra en mora, ofrece la única forma de pago que tiene a su disposición: una finca en las llanuras camargas al este del Ródano, en la que es ahora la zona menos turística y mejor conservada de esta reserva, protegida a nivel nacional. El tiempo transcurre y no pasa nada con la propiedad, hasta hace unos años cuando Jacques y Lucille deciden emprender la tarea de construir un hotel muy personalizado en esa finca tan abandonada. Lo que podemos ver ahora es el resultado de mucho esfuerzo y cariño. En muchas de las habitaciones aún se pueden ver las vigas de madera; el piso bajo todavía conserva el suelo de arenisca pulida; una amplia chimenea en el vestíbulo; abundancia de muebles antiguos, restaurados; colores clásicos mezclados con el rosa Rousillon y el verde almendra – una casa de campo con un aire de lujo y confort. Estos temas se prolongan hasta la cocina, con su enorme fogón y amplitud de espacio en donde el chef prepara esos deliciosos platos locales, como el rosbif (de ganado de la finca) con arroz rojo de la zona y cebolla caramelizada, o aves de corral y pescado fresco acompañado de verdura del huerto del hotel, cocinado frente a los huéspedes. Hay ocho habitaciones en la casa principal, todas con un magnífico acabado y un tamaño más que aceptable, con camas anchas y sabanas de hilo. Como muestran los precios, hay un abanico de posibilidades – algunas tienen un cuarto de baño de estilo victoriano, otras tienen el baño a nivel mezzanine. Las habitaciones más caras ostentan vigas de madera desnuda, para deleite de los tradicionalistas. Al otro lado del patio hay tres suites: la Terrasse, con tonos de azul pastel y mucho espacio y luz – las vigas de antes, preciosos colores y cómodos sofás la hacen – según Lucille – la habitación perfecta para una escapada romántica. L’Alcove utiliza tonos de rosa para proporcionar un ambiente más cordial, siendo un poco mayor que La Terrassa. Además de la cama doble, tiene una sencilla en la antesala que resulta ideal para familias de tres. Le Pigeonnier es la mayor de todas y abarca dos pisos, con una chimenea en el salón que da al jardín – esta suite es la joya de la corona.