Esta región de gran solera, integrada por nueve bellas provincias, es la más extensa de cuantas integran la Península Ibérica. Se encuentra localizada en la submeseta norte, teniendo por límites principales el Sistema Ibérico, la Cordillera Central, la Cordillera Cantábrica y separada de Portugal por el Río Duero.
Al recorrer esta región podemos ser testigos de los vestigios de su pasado; su importancia política, histórica y cultural ha dejado un espléndido legado de grandes ciudades y monumentos, como muestran las magníficas urbes de Salamanca y León. El Camino de Santiago de Compostela, que atraviesa a Burgos, Palencia y Léon, ha enriquecido esta tierra con iglesias románicas, catedrales góticas y monasterios, en un perfecto estado de conservación.
Esta comarca de soldados, héroes y castillos ofrece una atractiva e interesante oferta cultural para aquellos interesados en la historia y la arquitectura. Pero Castilla y León es más que esto. También cuenta con una gran cantidad de parajes naturales ricos en fauna y flora; y con una deliciosa gastronomía capaz de cumplir los sueños de los más golosos. Descubre todo lo que Castilla y León tiene que ofrecer.
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Es difícil escoger entre la amplia oferta turística con la que cuenta Castilla y León. Lo mejor para conocer esta región es adentrarse en sus rutas, recorrer sus pueblos y ciudades y atreverse a explorar sendas desconocidas.
Comenzamos por Zamora, famosa por tener uno de los museos dedicados a la Semana Santa más importantes de España y algunos de los conjuntos arquitectónicos más bellos de la región. León es una auténtica ciudad del Medievo. Sus callejuelas adoquinadas te transportarán a una época pasada, donde cada esquina esconde un secreto más apasionante que el anterior. Burgos, con su imponente catedral (declarada Patrimonio de la Humanidad), es otra de las paradas obligatorias en este viaje, de la misma forma que lo es Salamanca, donde su centro histórico merece al menos un día de caminata para poder contemplar todos sus monumentos (la Casa de las Conchas, la Plaza Mayor, la Catedral Nueva, la Vieja y la propia Universidad son lugares que no te puedes perder). En Segovia destaca su impresionante acueducto, una de las huellas mejor conservadas de la época romana. Esta ciudad, declarada Patrimonio por la Unesco invita a perderse por sus calles y visitar su Alcázar y la Catedral.
Pero además de sus impresionantes ciudades, Castilla y León cuenta con algunos de los parajes naturales más bellos de la península. Destacan el Sistema Ibérico, la Sierra de Gredos, la Sierra de Gata, el Monumento Natural de Monte Santiago y su sobrecogedor Salto del Nervión, el Parque Nacional de los Picos de Europa y los Parques Naturales de Arribes del Duero, el del Río Duratón y el del Lago de Sanabria.
Y si quieres conocer más sobre la historia de esta región, no dejes de visitar la Ruta de Atapuerca y el asentamiento de Clunia Sulpicia, auténticas joyas de la conservación histórica. Sus castillos también constituyen unos de los principales vestigios del pasado de España y su excelente estado de conservación invita a los viajeros a realizar una ruta para conocerlos todos. Destacan el Castillo de los Templarios (en Ponferrada, León), el Castillo de la Mota (en Medina del Campo, Valladolid), el Castillo de Peñafiel (Peñafiel, Valladolid) y el Castillo de Berlanga (en Berlanga de Duero, Soria).
Los amantes de los deportes al aire libre encontrarán en Castilla y León el paraíso ideal para practicar actividades tales como el micoturismo, el senderismo, el ciclismo de montaña, el piragüismo o el descenso de cañones.
Los principales estandartes de la cocina regional de Castilla y León, donde la gastronomía es objeto de culto, son sus asados. Aunque no son las únicas joyas de la corona. El cordero, la carne de caza, las setas, la trucha, las unas migas o las legumbres son sólo algunos de los ejemplos de delicias de la gastronomía castellano-leonsea. Merece especial reconocimiento el cocido Maragato, y las truchas de León y de Zamora (con fama de ser las mejores de España). Tampoco puedes dejar de probar los pichones rellenos de boletus y las codornices albardadas.
Los embutidos y el jamón de Guijuelo –mejores que cualquiera de Jabugo o de Extremadura- son auténticas maravillas para el estómago; la morcilla de Burgos se ha convertido en una embajadora comparable con la catedral de esta ciudad; las salchichas de Zaratán han traspasado fronteras; y los chorizos de Villarcayo y Cantimpalos se han convertido en verdaderas instituciones gastronómicas.
El esmero de la cocina castellano-leonesa también se muestra en sus dulces. Los amantes de la repostería no pueden dejar de probar los lazos de San Guillermo, las Yemas de Santa Teresa, las toscas de la Virgen, los bizcochos de San Lorenzo y las virutas de San José.
El vino en Castilla y León cuenta con diez Denominaciones de Origen distintas, avalando su excelente calidad. Las rutas del vino que aquí se pueden seguir (como la del Duero, la ruta de la Uva Mozárabe, la ruta del vino por El Bierzo o la Ruta de la Prieto) harán las delicias de los viajeros más gourmet. Entre las variedades más destacadas podemos nombrar el Cigales, el Bierzo, el Ribera del Duero, los vinos de D.O. Toro y el mítico Vega Sicilia.
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