Dónde alojarse en Córcega
Con su asombrosa diversidad de paisajes y su enorme riqueza ecológica, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, no es de extrañar que Córcega sea conocida comúnmente en Francia como la "Isla de la Belleza". Cada rincón de esta isla, en gran parte virgen, espera ser descubierto.
Por ejemplo, la región de Balagne, en el norte de la isla. Conocida como el "Jardín de Córcega", se caracteriza por sus olivares, viñedos y encantadores pueblos de montaña como Sant'Antonino y Pigna. La ciudad de L'Île-Rousse, con sus acantilados de granito rojo y sus pintorescas playas, ofrece un ambiente más costero. Alójese en un bonito hotel boutique o en un B&B ecológico y explore los mercados locales, donde los artesanos venden productos hechos a mano, o vaya a catar vinos a uno de los viñedos cercanos. Más hacia el interior, Corte es la puerta de entrada al interior montañoso de Córcega. Aquí la isla muestra su lado más agreste, con imponentes picos y profundas gargantas que dominan el paisaje. Si le gusta el senderismo, éste es su lugar, ya que tiene fácil acceso a rutas como las del valle de Restonica.
Al sur se encuentra Bonifacio, quizá la ciudad más impresionante de Córcega, encaramada sobre blancos acantilados de piedra caliza que caen dramáticamente al mar. La ciudadela medieval y sus estrechas calles ofrecen una visión del pasado de Córcega, pero es la proximidad a otros impresionantes lugares de interés, como el famoso Capu di Fenu y su faro, lo que hace que la estancia merezca la pena. Un corto trayecto en barco le llevará a las islas Lavezzi, un exquisito mosaico de playas solitarias y aguas vírgenes. Es fácil perderse en la belleza natural, perfecto para quienes buscan una escapada tranquila de los lugares masificados. Porto-Vecchio, en la costa sureste, ofrece una experiencia más sofisticada. La ciudad es conocida por sus lujosas villas y casas de vacaciones, pero incluso más allá de los hoteles de lujo, encontrará el auténtico encanto corso en las serpenteantes calles del casco antiguo. Las playas cercanas, como Palombaggia y Santa Giulia, pueden atraer multitudes en verano, pero con un poco de esfuerzo se pueden encontrar lugares más tranquilos a poca distancia en coche.