La ciudad alfa original del mundo. Samuel Johnson dijo una vez que "quien está cansado de Londres está cansado de la vida". Puede parecer una afirmación atrevida, pero lo cierto es que nadie en su sano juicio puede aburrirse en Londres. Simplemente, hay demasiado que ver y que hacer en esta vibrante ciudad multicultural. La capital de Inglaterra ofrece un sinfín de oportunidades para disfrutar de un sinfín de actividades culturales, darse un festín de delicias culinarias nacionales e internacionales y vivir la vibrante vida nocturna. Hay demasiadas cosas que ver y experimentar en esta ciudad multicultural como para aburrirse. Algunas estadísticas lo subrayan: comprar hasta caer rendido, 30.000 tiendas lo hacen posible. Cultura en estado puro con más de 300 museos y galerías. Más de 6.000 restaurantes traen a Londres los sabores de todos los países. Y no se olvide de la música: ya sea clásica, pop o rock, siempre hay música en directo en uno de los más de 400 escenarios de conciertos.

Los mercados londinenses llenos de curiosidades y tesoros también son legendarios. Hay demasiados para enumerarlos aquí. Portobello, Camden Market, Brick Lane y Notting Hill son algunos de los más conocidos, pero si sigue buscando, encontrará muchos más. Aquí sólo estamos arañando la superficie. A pesar de su imponente tamaño y vitalidad, Londres es, en última instancia, un conjunto de muchos pequeños pueblos.

Y si la jungla de cemento del centro de Londres ya no le atrae, puede escaparse a uno de los muchos parques verdes que hay por toda la ciudad. Greenwich Park, Hampstead Heath, Regents Park y Clapham Common y Hyde Park ofrecen excelentes accesos a espacios verdes.

Londres es una ciudad inabarcable. Inmensa en extensión y en patrimonio, hace falta tiempo para poder disfrutar de todo lo que tiene que ofrecer, un verdadero “problema” de lujo ya que es imposible aburrirse aquí, en todo momento hay algo que hacer. Y aun así, siempre te quedará un rincón oculto por descubrir, un pequeño mercado que no conocías, una encantadora callejuela o placita en la que conocer un poco más del alma londinense. En cualquier caso trataremos de resumir sus puntos más conocidos.

El Palacio de Westminster, en el que se ubican las dos Cámaras del Parlamente Británico, es un edificio de estilo gótico victoriano. Construido a mediados del siglo XIX para sustituir al antiguo edificio del Parlamento, destruido en un incendio, su fachada plagada de puntiagudos pináculos, es una de las imágenes más famosas de la ciudad. Y rodeando el Palacio se encuentran otros dos de sus iconos: el archiconocido Big Ben, una torre de 106 metros de altura que alberga cuatro relojes, uno en cada una de sus caras. Y la Victoria Tower, en la que se reúnen copias de todas las leyes del Parlamento desde el siglo XV.

La Abadía de Westminster, por otra parte, es el templo más antiguo y famoso de Londres. Sede las coronaciones de la realeza – desde que Guillermo el Conquistador, en el siglo XI – y tumba de los monarcas, esta abadía – construida a lo largo de varios siglos en sucesivas reformas – ha sido sede de diversos e importantes acontecimientos de lo historia de Reino Unido. Otro de los lugares más conocidos de la ciudad es la Torre de Londres. Aunque durante muchos siglos fue sinónimo de horror, ya que aquí se encerraba y torturaba a aquellos que ofendían al rey, hoy en día es una de las atracciones más visitadas. Aquí se albergan las Joyas de la Corona.

El Palacio de Buckingham, residencia oficial de la Familia Real desde mediados del siglo XVIII, es otra de las visitas obligadas si estás en Londres. Aquí reside actualmente la reina Isabel II, y frente al palacio se celebra el famoso cambio de guardia. La Catedral de San Pablo es la segunda iglesia más grande del mundo – solo por detrás de la Basílica de San Pedro en Roma. Este enorme templo de mediados de finales del siglo XVII, testigo de algunos de los acontecimientos más importantes de la historia reciente británica, destaca sobre todo por su cúpula, compuesta por tres galerías circulares.

También destacan otros monumentos y lugares como el Tower Bridge, el puente más famoso de Londres, el London Eye – una noria construida en el año 2.000 para celebrar la entrada en el milenio y desde la que se tiene una espectacular panorámica de la ciudad – o el Palacio de Kensington, también lugar de residencia de la Familia Real.

La plaza de Piccadilly Circus – la plaza más conocida de Londres, famosa por sus carteles luminosos – es uno de los puntos de encuentro preferidos por los londinenses. Y la Plaza de Trafalgar – o Trafalgar Square, construida para conmemorar la victoria del almirante Nelson sobre la armada franco-española – también es muy famosa. Covent Garden, con su famoso mercado, es uno de los distritos con más encanto de la ciudad. Tampoco puedes perderte The Shard, el rascacielos más alto de la Unión Europea – con 310 metros de altura – ni Chinatown, es el barrio chino de Londres.

Pasar mucho tiempo en Londres no le permitirá ni siquiera arañar la superficie de las experiencias culinarias disponibles en la capital de Inglaterra.  Si le gusta la gastronomía, los numerosos mercados londinenses le brindarán la oportunidad de probar una gran variedad de alimentos y bebidas. Londres también alberga una escena cafetera especializada en constante crecimiento. Paseando por las calles de Londres, nunca estará lejos de una deliciosa taza de café.

La oferta gastronómica de Londres es muy variada gracias a los diversos orígenes de muchos de sus ciudadanos, que la han enriquecido a lo largo de los siglos. Londres es capaz de satisfacer a todas las nacionalidades y gustos gastronómicos, desde pasar un rato explorando los restaurantes de Chinatown hasta comer en los numerosos e increíbles restaurantes indios y asiáticos situados en Southall, aquellos que busquen una gran experiencia culinaria y sensorial no se sentirán decepcionados por lo que Londres tiene que ofrecer.

A pesar de la influencia internacional, intentaremos ceñirnos a los platos típicos y tradicionales, porque, a pesar de lo que pueda decir la gente, merece la pena probar la gastronomía local.

Qué mejor manera que empezar hablando de uno de los platos británicos más famosos: el fish and chips, es decir, pescado y patatas fritas. Uno de los primeros platos que se empezaron a vender como “comida para llevar” y hoy en día es uno de los más populares en la ciudad. El pescado – por lo general merluza – se reboza, fríe y después se acompaña de patatas – también fritas – aderezadas con sal y vinagre.

Otro de los platos más conocidos es el roast beef: carne de ternera preparada a la brasa que se suele aderezar con salsas de mostaza o wasabi y se acompaña sobre todo con verduras hervidas como patata o brócoli. Tampoco puedes dejar de probar los Pasteles de Carne – este tipo de receta se denomina Pies, aunque no se trate solamente de pasteles de carne – que pueden ir rellenos de ingredientes variados – como el de pollo con setas o salchichas con patatas.

Precisamente las salchichas inglesas se consumen mucho en Londres. Muy prácticas si queremos algo de comida para llevar, además hay muchas variedades diferentes y se puede acompañar de salsas de puré de patata. Otro plato destacado es el solomillo Wellington – una pieza de carne preparada en hojaldre con foie gras, salsa de champiñones, hojaldre y jamón, y que recibe su nombre por la victoria de Wellington sobre Napoleón en la batalla de Waterloo. Y otro plato sencillo y de gran éxito es el Welsh Rarebit – una salsa preparada con queso, con mostaza y pimienta y se sirve sobre una tostada o acompañando alguna carne.

Y no lo olvide, no hay nada mejor que un buen “afternoon tea” inglés para relajarse después de un largo día descubriendo la ciudad.