Casa Mãe

En la pequeña población costera de Lagos, en el sur de Portugal conocido por sus románticas y remotas playas, el nuevo hotel boutique Casa Mãe es un monumento a la buena vida y a la portuguesa “tranquilidade”.

Esta propiedad, con sus murallas del siglo XVI, su casona familiar del XIX, sus 5.000 m2 de jardín vegetal terraplenado y un antiguo sistema de irrigación restaurado, es un recinto patrimonial que ha sido puesto al día con creatividad y modernismo.

El flamante edificio en la “rua” Jogo da Bola, es minimalista en cuanto a arquitectura pero ingenioso en los detalles, como el suelo de terracota, las ventanas de rejilla de madera en la fachada o las piezas de piedra labrada en las habitaciones.

El ambiente es placentero, con paredes blancas, cielo azul todo el año y palmeras sobre una enorme terraza. Tiene un espacio generoso con 34 habitaciones, una villa y amplias terrazas con hamacas que invitan a relajarse y disfrutar del verano sin fin en el extremo sudoeste de Europa.

No te puedes perder la experiencia de disfrutar de sus tres impresionantes piscinas: la principal, una exclusiva para adultos y otra ubicada en la azotea del spa. Sin lugar a dudas, un placer inigualable para escapar del calor veraniego.

Con su propia granja, su revista auto publicada, su boutique artesanal y sus docenas de colaboraciones con artesanos y diseñadores portugueses, Casa Mãe es mucho más que un hotel. Su restaurante – Orta – tiene una enorme cocina abierta con un bar: un sitio donde comer y observar los chefs colocando ingredientes frescos en los platos.  

La ambición de Casa Mãe es traerte los mejores productos de Portugal a la mesa – incluyendo vinos de pequeños vinicultores y terruños. Los viernes, sábados y domingos podrás disfrutar de una exquisita barbacoa de verano, un plan muy hogareño y familiar. ¡Será una experiencia inolvidable!

Casa Mãe es un lugar fronterizo: entre el Algarve asentado y el campestre; entre surfistas y golfistas; entre el Mediterráneo y el Atlántico. Un sitio donde podemos tomar el sol nueve meses al año en plácidas playas de blanca arena, coger magníficas olas en el oeste – o navegar en barco explorando las cuevas de su costa.

Un rincón donde enterrar preocupaciones, mirar hacia el horizonte y sonreír a la vida.