El Racó de Madremanya

Quién dijo que el tiempo discurre inexorablemente hacia adelante? A veces parece como si se detuviera, como si quedara esculpido en granito. Un buen ejemplo es el encantador Raco de Madremanya, un lugar al que sin duda querremos volver.
Para empezar, se encuentra en el bello y bien conservado pueblo medieval de Madremanya en Girona (Madremaña en Gerona), un sitio enteramente tallado en piedra luminosa que parece remontarse a tiempos remotos, en una zona cargada de historia.
El Raco se compone de dos edificios – uno es una soberbia casa de labor pétrea del siglo XVII; el segundo, más reciente pero igual de esplendoroso, con madera además de piedra. Ambos se funden a la perfección con el entorno que los rodea.
La casa más longeva dispone de siete amplias habitaciones con terraza, chimenea y diversas salas y recovecos. La más contemporánea tiene tres habitaciones y comedor – con unas vistas excepcionales al jardín y una de las piscinas.
El jardín es de tamaño generoso – unos 3.000 m2 que le permiten rodearse de una vegetación frondosa en la que uno puede perderse. Lo suficientemente grande como para contener dos preciosas piscinas (una de agua salada y la otra climatizada) para unos agradables chapuzones diurnos.
Viendo El Raco de Madremanya podemos llegar a la conclusión de que el estilo boutique no está reñido con el encanto de lo clásico. Y esta histórica aldea es el marco perfecto para esta joya de alojamiento que rezuma estilo por todas partes.