La Medina (o el casco antiguo) es el corazón y la columna vertebral de la ciudad, compuesta por una maraña de callejuelas caóticas que pueden resultar agobiantes a veces. Se debe recorrer la Medina a pie ya que un coche no tiene gran utilidad, además es difícil encontrar estacionamiento y el coche solo se utilizaría para realizar excursiones fuera de la Medina. La mayoría de los turistas quieren estar cerca de la Plaza Jamaa el Fna, rodeada de tiendas de suvenires, bares y restaurantes, y a escasos metros de la mezquita Kutubía, por lo que queda dominada por su alminar. Sin embargo, consideramos que reservar un hotel con encanto un poco más lejos es más agradable, ya que el ambiente cerca de la plaza no es nada tranquilo y se puede notar que las tiendas aumentan exponencialmente los precios cuanto más cerca estemos de la plaza.
Durante el día, se pueden encontrar en esta misma plaza desde domadores de monos que se suben encima de uno, encantadores de serpientes, pasando por dentistas exponiendo sus últimas piezas extraídas, multitud de puestos de zumo de naranja y te de menta, caracoles y señoras que te pintan el cuerpo con henna. Al atardecer, el visual cambia y aparecen puestos de comida donde se puede cenar o tapear (escoge aquel que tenga más marroquís, suele ser el mejor), músicos improvisados y espectáculos de diferente índole.
Lo mejor en Marrakech es pasearse por las calles de la medina y dejarse llevar. Hay que tener en cuenta que las mezquitas solo están abiertas para musulmanes, pero hay otros espacios relacionados con la religión, como madrazas (escuelas) o algunas tumbas, que están abiertas al público. La gente es extrovertida, charlatana y muy simpática, hablan un sin fin de lenguas, y desde luego tienen el don del regateo que lo llevan al límite. Antes de entrar en una tienda, hay que tener en mente que, sea lo que sea que deseemos obtener, por lo menos deberíamos ser capaces de reducir el precio a un tercio para que las dos partes se sientan satisfechas con el trato. Nunca ofrezcas un precio si no estás realmente interesado en comprar.
En la Medina existen áreas específicas donde se concentran ciertos tipos de actividades y comercios, como el Zoco de los tejedores, tintoreros, especias, herreros, y curtidores y para complicar más la cosa, existen barrios con su personalidad propia:
- Medina Antigua (Medina): El corazón histórico de Marrakech, donde se encuentra la famosa Plaza Jemaa el-Fnaa. Aquí, encontrarás zocos bulliciosos, mercados y una mezcla de arquitectura tradicional.
- Mellah: El antiguo barrio judío, conocido por sus calles estrechas y edificios históricos. Explora la arquitectura única y aprende sobre la historia de la comunidad judía en Marrakech.
- Kasbah: Esta zona alberga el Palacio Real y el hermoso Jardín de la Agdal. Es un área tranquila y menos concurrida, donde puedes disfrutar de un ambiente más relajado.
- Riad Zitoun Jdid: Conocido por sus exuberantes jardines y palacios, este barrio es un remanso de tranquilidad en medio del bullicio de la medina.
- Bab Doukkala: Aquí encontrarás el mercado local de alimentos y productos frescos. Es un lugar ideal para sumergirse en la vida cotidiana de los habitantes de Marrakech.
- Bab Taghzout: Este barrio es famoso por sus hermosas puertas y arquitectura. Explora las callejuelas serpenteantes y descubre sus encantadoras tiendas y talleres.
- Riad Laarous: Conocido por su ambiente relajado, este barrio es perfecto para disfrutar de una caminata tranquila y descubrir algunos riads y restaurantes encantadores.
- Sidi Bel Abbes: Hogar del santuario del mismo nombre, este barrio es un lugar de peregrinación y también alberga calles pintorescas y locales auténticos.
- Bab Aghmat: Aquí encontrarás el famoso Jardín Majorelle, un oasis de belleza y serenidad en medio de la medina.
Lugares con especial interes son la Plaza de las Especias, el Palacio Babi, las Tumbas Saudíes, la Kotubia, el Jardin Majorelle, el Museo Yve Saint Laurent, la Madrasa Ben Yousef, el Jardin Secret y, lógicamente, la Plaza Jaama el Fna.
Ojo! La Medina es un laberinto, lleva un mapa o utiliza aplicaciones de navegación para no perderte.
La mejor época para visitar esta hermosa ciudad es entre octubre y junio, ya que en verano el calor puede ser bastante intenso. Por la noche, la temperatura puede cambiar bastante (10º), especialmente en los meses de diciembre, enero y febrero, por lo que es importante llevar ropa de abrigo.
Hay que tener en cuenta que un mes al año se celebra el "Ramadán" (ayuno religioso), cuya fecha cambia cada vez, ya que los musulmanes se guían por el calendario lunar que es diferente al nuestro. Es posible viajar en esa época, pero los ánimos de la población durante el día pueden verse afectados. Por pura empatía hacia quienes practican el ayuno, se recomienda no comer en lugares públicos durante esas fechas y tener paciencia con la lentitud del trato.
Debes probar el Hammam, que es el baño turco tradicional musulmán. Es un ritual extremadamente relajante en una sauna en la que se te frota con un jabón negro de aceite de oliva o argán, seguido de una exfoliación de todo el cuerpo con un guante para retirar la piel muerta. Existen Hammam públicos, pero por experiencia recomendamos ir a uno adaptado para turistas. Ten siempre dinero líquido a mano, encontrarás una amplia red de cajeros automáticos (ATM) distribuidos en toda la ciudad, especialmente en áreas turísticas y comerciales.