¿Los mejores alojamientos con encanto en Marruecos?

Marruecos es simultáneamente un mundo aparte y algo que nos resulta familiar. Casablanca, Marrakesh, Tánger. . . se nos escapan de la boca con suma facilidad como sitios que hemos oído numerosas veces y que poseen un cierto aire exótico – como de un cuento de Las Mil y una Noches. La realidad es que se trata de un país de gran belleza y arraigadas costumbres. En cuanto uno pone pie en esta tierra, se siente transportado a un lugar y un tiempo totalmente diferentes de los que dejaste en casa, con fascinantes ciudades y paisajes que varían desde picos cubiertos de nieves eternas de las cordilleras africanas, a desiertos primigenios. La costa sur de Marruecos goza de un clima agradable todo el año, lo que significa que el verano nunca termina.

Nuestra selección de románticos riads marroquíes, hoteles boutique y casas de campo con encanto ayudan a captar la esencia de este fascinante país. Si buscas un alojamiento especifico en Marruecos te proponemos nuestras colecciones donde podras escoger más facilmente:

Nuestras ciudades, pueblos y alojamientos favoritos en Marruecos

Los lugares más auténticos para alojarse en las ciudades de Marruecos se encuentran en el corazón de la Medina y se llaman Riad. ¿Qué es un Riad? En pocas palabras, es una casa urbana tradicional con un patio central ajardinado, de donde le viene el nombre. La gran terraza del piso superior se utilizaba para comunicarse con los vecinos y realizar las tareas domésticas. Hoy en día, la terraza tiene una finalidad más "europea" y se utiliza como comedor o zona de ocio. Tranquilas y zen, suelen estar situadas en el casco antiguo o la Medina, donde actúan como un oasis alejado del bullicio de la ciudad. Un buen número son propiedad de expatriados europeos.

En nuestra selección podrá elegir entre un Riad com encanto en Essaouira, un Riad en la medina de Marrakech o un Riad romântico en Fez.

Pueblos y ciudades con encanto en Marruecos

Marrakesch: Visita nuestra guia de la ciudad roja, donde te damos buenos consejos para visitar eta peciosa ciudad con su zoco y Riad con encanto.

Essaouira: Playa, deporte, arte y gastronomía, lo tenemos todo en esta preciosa ciudad al borde del agua. Visita nuestro guia de Essouira para no perder nada.

Agadir: La ciudad más popular del sur de Marruecos y un demasiado turístico muy cotizado. Agadir es una buena base para visitar numerosos sitios de interés a poca distancia en coche, pero consideramos que el turismo ha dejado una huella muy fuerte apagando bastante su autenticidad.

Casablanca: También conocida como Dar el Baida, es a todos los efectos la capital alternativa de Marruecos y en diversos aspectos recuerda una ciudad del sur de Europa. Los viajeros se encontrarán a gusto aquí y disfrutarán de su estilo de vida.

Fez: Gran parte de Fez conserva sus raíces francesas y se sentirá atraído irremisiblemente hacia vistas, colores y sonidos francófilos. Tiene suficientes atracciones como para tenerle ocupado bastantes días.
Erfoud: Situada al borde del Sahara, esta población constituye una estupenda plataforma para explorar el desierto, en viajes en 4x4 y camello. Aquí encontrará la “Kalia”, especialidad de carne guisada marroquí.

Tánger: También conocida como la Ciudad Blanca, Tánger gira alrededor de su puerto donde el Mediterráneo se junta con el Atlántico. Preciosas playas en una ciudad llena de vida. Otras ciudades con influencia española en el pasado: Villa Cisneros, El-Aaiún, Alhucemas, Rio de Oro, Bojador.

Meknes es una ciudad fascinante para visitar en Marruecos. Designada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, Meknes cuenta con una rica historia y una arquitectura impresionante. Algunos lugares de interés incluyen la Puerta Bab Mansour, la Medersa Bou Inania, el Mausoleo de Moulay Ismail y los graneros de Heri es-Souani. La ciudad también tiene un ambiente menos turístico en comparación con Marrakech o Fes, lo que permite a los visitantes sumergirse en la auténtica vida marroquí.

Tinghir, situada a los pies de las montañas del Atlas, se destaca por sus casas que rodean un oasis, creando un contraste impactante con la aridez del valle del Todra. Además, el atractivo de esta ciudad marroquí se ve realzado por el Ksar Ait Mhamed, un antiguo castillo que sigue protegiendo la región.

Ait Ben Haddou, ubicado en el valle de Ounila, destaca como un impresionante alcázar en el Alto Atlas, y preserva su esplendor histórico, atrayendo a aventureros en ruta hacia Ouarzazate. Este sitio es Patrimonio de la Humanidad, con sus miles de puertas, ofrece una experiencia viva y ha sido escenario de películas famosas como Lawrence de Arabia y Gladiator.

Chefchaouen, al norte de Marruecos, es conocido por el colór azul indigo de las paredes de sus casas, que supuestamente se utiliza para expantar las moscas y mosquitos. Se destaca la alcazaba y la gran mezquita en torno a Uta-el-Hammam. Rodeado por las montañas del Rif, Chefchaouen ofrece una atmósfera tranquila en un lugar muy bonito.

El Jadida, con sus raíces portuguesas, exhibe una arquitectura que fusiona elementos ibéricos y marroquíes. Sus destacados monumentos UNESCO, como la fortaleza de Mazagán, la Cisterna y la iglesia de la Asunción de estilo manuelino, narran la rica historia del lugar. La medina, con sus minaretes y ambiente animado, proporciona una experiencia fascinante, revelando la coexistencia armoniosa de la herencia histórica y la vida moderna en Marruecos.

Asilah, encantadora ciudad costera del noroeste de Marruecos, combina el misterio caótico de las medinas con la serenidad del mar. Una gran muralla rodea una bonita medina de calles pintorescas, bordeadas por viviendas azules y blancas. Además, Asilah alberga lugares culturales como el palacio Las playas cercanas y la combinación de cultura, historia y arte hacen de Asilahl un destino interesante y ameno.

Imlil, encaramado en las montañas del Alto Atlas en Marruecos, sirve como punto de partida para explorar el famoso Monte Toubkal, la cima más alta de África del Norte. Este pintoresco pueblo de montaña ofrece senderos escénicos, autenticidad cultural y la oportunidad de sumergirse en la vida bereber. Con su ubicación espectacular, Imlil atrae a excursionistas por ser un marrucos mas verde como un oasis calmo y bello.

Merzouga, ubicado en el umbral del Sahara junto al Erg Chebbi, ofrece la última visión antes de las vastas dunas que alcanzan los 150 metros de altura. Este enclave evoca la sensación de estar al borde de la civilización, frente a la imponente belleza e inmensidad del desierto, generando una experiencia entre el temor y la paz.

Moulay Idriss, ciudad de estrechas callejuelas con casas blancas, atrae a visitantes con su santuario de la dinastía Idris, pionera en la colonización musulmana.  Durante mucho tiempo fue un lugar sagrado cerrado a los no musulmanes, hoy en día, los visitantes pueden explorar la ciudad y disfrutar de su ambiente histórico y espiritual. Además, los viajeros pueden explorar Volubilis, el mejor yacimiento romano conservado en el norte de África.

Zagora es una ciudad en el sur de Marruecos, ubicada en el valle del río Draa. Conocida por su paisaje desértico y la proximidad al Sahara, Zagora ofrece una experiencia única. Su medina cuenta con un animado zoco, rodeado de palmerales que contrastan con el entorno árido. Zagora también es un punto de partida para explorar las impresionantes gargantas del Draa y las Kasbahs (fortalezas) en el desierto, que forman parte del atractivo turístico de la región. Además, la ciudad conserva restos de un palacio almorávide, añadiendo un toque histórico a su encanto.

Montañas: El Alto Atlas es la cordillera más importante del norte de África y ofrece una multitud de actividades, que incluyen el ciclismo de montaña, senderismo y la fotografía de altura. Sus altos picos (con más de 4000 metros) provocan una fuerte pluviosidad que le permiten presumir de numerosos y fértiles valles con ríos y cascadas. Todo ello con unas vistas y paisajes espectaculares que no debe perderse y que cubren las más bellas regiones de Marruecos. Los pequeños pueblos del Atlas son el hogar de los bereberes – gente hospitalaria y amistosa.

Información importante sobre Marruecos:

Costumbres locales

La hospitalidad marroquí es conocida; son gente divertida que tiene el don de las lenguas y sonríe fácilmente. Hay que seguir ciertas directrices para poder integrarte respetando su cultura y tradiciones; así, tu estancia te resultará muy agradable. Evita utilizar una indumentaria demasiado llamativa o provocativa, sobre todo en el caso de las mujeres. Acepta el té de menta cuando te lo ofrezcan, especialmente si estás dispuesto a comprar algo en alguna tienda, ya que es un gesto de hospitalidad. Si estás seguro de que no vas a comprar nada, no hagas perder el tiempo al vendedor, aunque te preste mucha atención. Regatear está arraigado en el carácter marroquí, y lo llevan con mucho arte. Aceptar la primera oferta en algún bien es inaceptable, y hay que entrar en el juego de manera respetuosa y amigable, reduciendo el precio hasta 1/3 de la propuesta original.

Durante tus viajes a Maros, estas expresiones serán útiles. Al saludar a alguien, puedes decir "As-salamu alaykum", y su respuesta será "Wa alaykum as-salam". Para afirmar algo, utiliza "نعم" (Naam), mientras que "لا" (La) significa no. Si necesitas pedir algo, como en "Por favor", dirías "من فضلك" (Min fadlak). Para expresar gratitud, "شكرًا" (Shukran) es gracias. Al despedirte, puedes decir "وداعًا" (Wada'an). ¡Y si estás haciendo compras y quieres saber el precio de algo, simplemente pregunta “بكم؟" (Bikam). Estas simples frases te ayudarán a comunicarte con amabilidad durante tu viaje, y las personas estarán agradecidas por tu esfuerzo.

No es raro que una familia marroquí te invite a comer. Si ocurriera, es costumbre quitarse los zapatos al entrar en una casa, lavarte las manos como gesto simbólico y espera a que el dueño de la casa recite la basmala (“En el nombre de Dios…”). Se puedes esperar usar la mano derecha para comer, pero en lugares más occidentalizados o turísticos, te pueden proporcionar cubiertos

El acceso a las mezquitas y otros lugares sagrados está prohibido para los no musulmanes (con excepción de la mezquita Hassan II en Casablanca, el mausoleo Mohammed V en Rabat y el mausoleo Moulay Ismaïl en Meknes). Observar el comportamiento de los locales y seguir su ejemplo es una buena práctica.

Requisitos de entrada

Es necesario pasaporte. Ciudadanos de la UE, EEUU, Australia y Nueva Zelanda no precisan visado. Idioma El idioma oficial es el árabe, pero el uso del francés está muy extendido. El inglés gana constantemente terreno en popularidad – especialmente en las grandes capitales como Marrakesh, Casablanca o Rabat.

Meteorología / cuando viajar

El tiempo no varía prácticamente a lo largo del año, especialmente en la costa sur, donde suele ser agradable los doce meses del año. En la llanura, los meses frescos van de octubre a abril, pero estamos hablando de días agradablemente calurosos y noches que no bajan de los 15º. Por otro lado, el invierno en el norte es algo más frío y húmedo. La época de esquí va de diciembre a marzo. Es importante tener en cuenta estas variaciones al ehacer tu maleta para un viaje a Marruecos, asegurándote de tener ropa adecuada para el calor del día y capas adicionales para las noches más frescas.

Religión

El islam es la religión oficial de Marruecos y ha convivido perfectamente con otras religiones durante muchos años, existiendo una nutrida representación de extranjeros que incluye franceses, españoles, italianos y norteamericanos. Como en otros países islámicos, el Ramadán es el acontecimiento religioso más importante y es seguido por la mayoría de la población. Durante su duración, el musulmán se abstiene de beber, comer y fumar desde que sale el sol hasta que se pone. Por respeto, evita beber y comer durante el día en zonas públicas. Hay cinco oraciones diarias, conocidas como Salah o Salat, en momentos específicos del día: al amanecer, al mediodía, a media tarde, al atardecer y por la noche. Respetar estos momentos es importante, y el horario es indicado por la llamada a la oración que se realiza desde los minaretes de las mezquitas. Se realiza antes de cada una de las cinco oraciones diarias, y al final del viaje, creo que es uno de los sonidos que más se echa en falta, así como el poderoso olor de las especias.

Higiene

No existe obligación de vacunarse para los visitantes, pero los médicos recomiendan alguna protección. No son necesarias tabletas contra la malaria – pero si que hay que evitar beber de ríos y riachuelos. – Al comprar agua embotellada, asegurarse de que el envase conserva el sellado – Es conveniente lavar y pelar la fruta fresca – El sol veraniego puede resultar fuerte. Protéjase de quemaduras solares mediante filtros y bloqueantes. – Sólo nade en piscinas de hotel y costas protegidas.

Dinero

La moneda oficial es el dirham, estando en curso en las siguientes denominaciones: 20, 50, 100 y 200. Es ilegal cambiar dinero en la calle. Los mejores sitios son los bancos, casas de cambio (señalizadas con un letrero dorado) y cajeros de hotel. No se carga comisión y recibirá un comprobante que le permitirá cambiar la moneda no utilizada al finalizar el viaje. Existen cajeros automáticos en las ciudades más importantes. Las tarjetas de crédito son aceptadas en los principales hoteles, tiendas y restaurantes – y a veces en los souks (mercadillos).

Transporte

El transporte público en Marruecos es eficiente. Puedes utilizar trenes y autobuses para moverte entre ciudades. Los taxis pueden ser comunes o no, y siempre es recomendable acordar el precio antes de iniciar el viaje. Siempre es mejor acordar con el Riad que vayas que te organice el traslado al aeropuerto, informando la hora de llegada y el número del avión; te saldrá siempre más barato que coger un taxi. Para aparcar el coche, depende mucho de cada ciudad. En Marrakech, por ejemplo, se puede entrar dentro de la medina, pero aparcar solamente en ciertos lugares donde se tendrá que pagar una tarifa diaria. Nuevamente, se recomienda hablar con el alojamiento en el que vayas a quedarte. En Essaouira, no se puede entrar con el coche y se paga el parking afuera, junto a las murallas.

La gastronomia de Marruecos

La cocina de Marruecos, una de las más variadas e interesantes del mundo y recibe una gran influencia de la gastronomía magrebí. Su esencia está marcada fundamentalmente por la mezcla de dulce y salado y por el uso de cuscús, verduras, carnes y especias.

Uno de los platos típicos que debes probar en tu viaje por la exótica cocina marroquí es el tajín o “tajine”, elaborado con cuscús, verduras y carne o pescado sobre una base de especias, todo ello servido en un recipiente de barro cocido cubierto con una tapa de forma cónica. El tajín puede combinar los alimentos mencionados con otros menos convencionales como las ciruelas o el membrillo. Otro de los alimentos más conocidos de Marruecos es la “harira” o sopa marroquí, elaborada con carne, legumbres y tomates, aderezados con los intensos sabores del cilantro, el perejil, el jengibre y la pimienta. El cuscús es, sin lugar a dudas, otro de los grandes protagonistas. Hecho con sémola de trigo, conforma la base de la cocina marroquí y suele combinarse con carnes y verduras. Los viajeros que visiten Rabat, no pueden dejar de probar el cuscús de siete verduras, típico de la región.

Los dulces del país también son conocidos por su exquisitez. El “beghrir” o “crêpe” marroquí hará las delicias de los más golosos. Servido caliente, con miel o aceite de oliva y acompañado de una pasta de almendras o mantequilla, es famoso por ser el primer alimento que, tradicionalmente, tomaban las mujeres marroquíes después de dar a luz.

El té es un otro de los grandes embajadores de la gastronomía de Marruecos. El más famoso es el té a la menta con hierbabuena y azúcar (el conocido como “té moruno” en España). En este país, el té es símbolo de hospitalidad y posee un interesante ritual a la hora de servirlo. Según las costumbres marroquíes, para poder degustar este té, hay que sentarse sobre una alfombra y beber tres tazas: la primera, sin azúcar, es amarga como la vida; la segunda, azucarada, es dulce como el amor; y la tercera, con mucho azúcar, es suave como la muerte. Las tazas suelen alternarse con dulces, elaborados principalmente con nueces, pistachos, almendras y miel.