Ámsterdam: 
Hogar de más de 881.000 bicicletas, Ámsterdam es una metrópolis que consigue ser fresca y elegante al mismo tiempo. Para vivir una experiencia auténtica, alójate en la histórica zona del Canal Ring, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y conocida por sus pintorescos canales y sus edificios del siglo XVII. Sus caminos empedrados están desgastados por siglos de pisadas. Aquí encontrará una gran variedad de alojamientos, desde hoteles de lujo a acogedoras pensiones. El Jordaan es el barrio más acomodado de la ciudad y alberga hoteles y restaurantes de primera categoría, así como el Museo de Ana Frank. Con sus cafés, bares y tiendas, el barrio de De Pijp atrae a un público local, más joven y hipster. El barrio de Leidseplein es ideal para disfrutar de la vida nocturna de Ámsterdam. Además, Ámsterdam alberga una gran cantidad de museos de categoría mundial, que muestran una variada gama de arte, historia y cultura. No se pierda la oportunidad de visitar el Rijksmuseum, que alberga obras maestras de maestros holandeses como Rembrandt y Vermeer, y el Museo Van Gogh, que alberga la mayor colección de obras de Vincent van Gogh. Otros museos destacados son la Casa de Ana Frank, el Museo Stedelijk de Arte Moderno y el Hermitage de Ámsterdam.

Haarlem:
A sólo 30 minutos en tren de Ámsterdam se encuentra la encantadora ciudad de Haarlem. Conocida por su bien conservado centro histórico y su animada escena cultural, Haarlem ofrece un apacible retiro de la capital, abarrotada de turistas. Su Grote Markt (plaza mayor) es el centro histórico de Haarlem y está considerada por muchos la plaza urbana más bella del país. Frente al Ayuntamiento se alza la gótica Grote Kerk, o iglesia de San Bavón, cuyo campanario de 50 metros domina el horizonte de Haarlem desde hace siglos. La iglesia está protegida por la UNESCO y alberga bellas obras de arte renacentistas. En agosto, el festival culinario anual se apodera de la plaza del mercado, donde se sirven deliciosos (y asequibles) platos elaborados con productos locales y se disfruta de un montón de música en directo.
Jardines de Keukenhof: 
Situados en el corazón de la campiña holandesa, en el municipio de Lisse, los Jardines de Keukenhof son un paraíso floral que atrae a visitantes de todo el mundo. Con una extensión de 32 hectáreas, Keukenhof es uno de los mayores jardines florales del mundo, con 7 millones de tulipanes, narcisos y jacintos en un derroche de colores. Abierto sólo en primavera, Keukenhof ofrece un impresionante despliegue de belleza floral, con jardines meticulosamente diseñados, senderos serpenteantes y los emblemáticos molinos de viento como pintoresco telón de fondo. Los visitantes pueden explorar jardines temáticos, asistir a exposiciones y muestras de flores e incluso hacer recorridos en barco por los campos de bulbos circundantes, lo que lo convierte en un destino de visita obligada tanto para los entusiastas de las flores como para los amantes de la naturaleza.
Zaanse Schans: 
Retroceda en el tiempo en Zaanse Schans, un museo al aire libre situado a poca distancia de Ámsterdam. Enclavado a orillas del río Zaan, este pueblo histórico ofrece una visión de la vida tradicional holandesa de los siglos XVIII y XIX, con molinos de viento bien conservados, casas de madera y talleres artesanales. Pasee por las calles empedradas de Zaanse Schans y visite el interior de los molinos en funcionamiento, donde podrá aprender oficios tradicionales como la fabricación de queso, la talla de zuecos y la producción de chocolate. No olvide visitar los museos y tiendas de artesanía repartidos por todo el pueblo, donde podrá adquirir recuerdos y artículos hechos a mano por artesanos locales.

Rotterdam:
Rotterdam es la mayor ciudad portuaria de Europa y tiene un ambiente totalmente distinto al del resto de los Países Bajos. Lo que la distingue es su diversidad, desde la gente hasta la comida y la arquitectura. Rodeada de elegantes rascacielos, estructuras innovadoras y una apasionante vida nocturna, Róterdam tiene algo que ofrecer a cada viajero. La zona de Witte de Withstraat, conocida por sus cafés de moda, galerías de arte y arte callejero, es una opción popular para los que buscan un ambiente hipster y alternativo. Por otra parte, el histórico barrio de Delfshaven no sufrió daños durante la guerra, por lo que podrá explorar cómo era Rotterdam en otros tiempos. Con sus clásicos edificios holandeses y sus pequeños cafés frente al mar, se sentirá casi como en la vieja Holanda. El símbolo más famoso de la Rotterdam moderna es el puente Erasmo, también conocido como el Cisne, que cruza el río Mosa y conecta las zonas norte y sur de la ciudad. Pasee por él a pie o en bicicleta y disfrute de las vistas panorámicas del perfil de la ciudad y del paseo marítimo. Por la noche, el puente se ilumina con miles de luces LED, creando un impresionante espectáculo visual que sin duda hay que ver al menos una vez.

Delft: 
Famosa por su característica cerámica azul y su centro histórico, Delft es una joya oculta que espera ser descubierta. Pasee por las calles adoquinadas del casco antiguo y maravíllese con la elegante arquitectura de la Plaza del Mercado, donde encontrará la imponente aguja de la Nieuwe Kerk (Iglesia Nueva) y el histórico Ayuntamiento. Visite la Real Fábrica de Cerámica de Delft para ver trabajar a los maestros artesanos y conocer la tradición centenaria de la producción de cerámica de Delft. Tómese su tiempo para explorar los museos de la ciudad, incluido el Vermeer Centrum Delft, que conmemora la vida y obra del famoso pintor holandés Johannes Vermeer.
La Haya:
La Haya es un destino cautivador tanto por su increíble costa como por su importancia política. Sus inmensas playas bañadas por el sol atraen en verano a multitudes tanto locales como extranjeras. Más allá de la costa se esconde una ciudad de rico patrimonio cultural e importancia histórica. Como capital política, La Haya es la sede del gobierno holandés, con partes de su Parlamento que datan del siglo XIII, uno de los edificios más antiguos aún en uso. Camine unos minutos más y encontrará el edificio más fotografiado de La Haya: el Palacio de la Paz. Es la sede del Tribunal Internacional de Justicia, el único órgano judicial de las Naciones Unidas fuera de Nueva York. Los elegantes barrios ofrecen desde boutiques de lujo hasta mercados multiculturales, mientras que lugares emblemáticos como el Palacio Noordeinde y el histórico complejo Binnenhof muestran el pasado real de la ciudad. Hogar de la familia real durante cuatro siglos, ¡puede que te encuentres con el rey Guillermo Alejandro!
Gouda:
Famosa por su queso homónimo y sus pintorescas construcciones medievales, diríjase al sur, a la encantadora ciudad de Gouda. Pasee por las calles de antaño para visitar el majestuoso Mercado del Queso de Gouda. Hay un ir y venir de briquetas de queso, ¡a veces incluso tiradas por caballos! Se detienen justo delante de la Casa de Pesaje de Gouda. Los chicos del queso se bajan y empiezan a descargar los carros antes de que los quesos se pesen en la báscula original de De Goudse Waag. Además del mundialmente famoso queso, también podrá disfrutar de puestos con productos regionales, como croquetas, la famosa comida holandesa frita. Además del comercio y la producción de queso, también hay un mercado de artesanía. En Berg's Bakery, podrá participar en un taller de elaboración de gofres de sirope, otro alimento básico de la cocina holandesa. O participe en la Batalla Cerveza-Vino-Kaas en el café del puerto del Museo IJsselhuis Gouda y descubra qué combinación sabe mejor.