Hôtel de Montesquieu

Victor Hugo dijo que "respirar París preserva el alma", pues bien, en el Hôtel de Montesquieu no se respira, se vive, y así es como debe ser cuando se visita esta maravillosa ciudad.

Así que si es usted un amante de la cultura, del arte, de la comida o, nos atrevemos a decir, simplemente un amante, el Montesquieu es un perfecto, aunque bastante caro, hogar fuera de casa. Sigue siendo francés sin recurrir a un exceso de formalidad y, en lugar de optar por el aspecto completo de las antigüedades o de las boutiques, sigue su propio camino.

Y es un oasis, ya que todo este lujo y el estilo del siglo XVIII se encuentran en el corazón de la Rive Droite parisina, a sólo unos pasos de los Campos Elíseos. Quizá el único inconveniente que se nos ocurre es que las habitaciones, aunque maravillosamente decoradas y amuebladas, suelen ser pequeñas, pero como nos gusta señalar, lo más probable es que pase poco tiempo en ellas.

París es demasiado hermosa para que alguien se encierre en una habitación, sea cual sea su tamaño. Sin embargo, el Montesquieu es un lugar ideal para volver después de haber descubierto la ciudad de la luz.