Cracovia como destino
Cracovia es la segunda ciudad más grande de Polonia y una de las más antiguas, ya que data del siglo VII, lo que la convierte en un centro de historia, cultura y arte. Siempre ha sido una de las ciudades más importantes de Polonia, de la que se dice que fue un activo centro comercial de la Europa eslava en el año 965 y la capital de Polonia desde 1038 hasta 1569, y hoy en día un centro cultural lleno de ventanas al pasado. Cracovia es conocida sobre todo por su casco antiguo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, aunque también encontrará muchas galerías y parques modernos. Hemos hecho todo lo posible por encontrar la mezcla perfecta entre alojamientos modernos y tradicionales para que su estancia en Cracovia sea tal y como le gustaría.
Cracovia - Qué ver y hacer
La ciudad está repleta de cosas que ver y hacer, desde emocionantes planes para las familias hasta entretenidas visitas a algunos de los museos y lugares históricos más estremecedores de Europa. Para las familias, encontrará Energylandia, el mayor parque de atracciones de Polonia. A sólo 50 km de la ciudad, descubrirá el zoo de Cracovia y el Jardín de Experiencias Científicas Stanislaw Lem, un parque de esculturas lleno de experimentos interactivos. También encontrará una gran variedad de castillos de cuento, montañas, lagos, bosques y cuevas para explorar. Las minas de sal del siglo XIII han creado un canal de espacios subterráneos bajo la bulliciosa ciudad, ideal para explorar con los niños. También puede aprender a hacer pretzels al estilo de Cracovia en un taller tradicional de obwarzanek, una experiencia práctica que seguro que todos disfrutarán. Para los adultos, encontrará una gran variedad de actividades, que van desde la visita a iglesias medievales y el paseo por los angustiosos pasillos de la Fábrica de Schindler hasta la degustación de inventivas variaciones de vodka aromatizado. Por supuesto, un viaje a Cracovia no estaría completo sin una visita al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, una experiencia inquietante pero que merece la pena. Igual de difícil es la Fábrica de Schindler, un museo ubicado en la fábrica de esmalte donde Oskar Schindler protegía a los empleados judíos durante la ocupación nazi. Como nota más ligera, Karol Wojtyła pasó muchos años en Cracovia antes de convertirse en el Papa Juan Pablo II y hay huellas de esta época por todas partes, incluyendo la Ventana Papal y Arka Pana, la iglesia que consagró. Los que quieran ir de compras, no dejen de visitar las tiendas de ámbar que hay por toda la ciudad, llenas de hermosos artículos elaborados con savia fosilizada de árboles.
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