Escocia, un destino apasionante
Escocia, el país de las leyendas y los misterios celtas, es una combinación perfecta de pasado y futuro. Desde sus imponentes castillos a sus mágicas Higlands, toda la región parece encerrar un secreto esencial y primitivo que sólo los viajeros más ávidos de aventuras serán capaces de desentrañar.
Conformado casi en su totalidad por los sedimentos de una cadena montañosa y fruto del desgaste de una fuerte erosión, el entorno natural de Escocia es un espectáculo maravilloso e imposible, sólo digno de los mejores cuentos. El país se encuentra dividido en cuatro regiones principales: Higlands o las Tierras Altas del Norte, Grampians, Lowlands o las Tierras Bajas del Centro y Uplands o las Altiplanicies del Sur.
Pero si los paisajes naturales de Escocia son conocidos por sorprender a todo aquel que se adentre en este país, sus ciudades no tienen nada que envidiarles. Urbes como Aberdeen, eminentemente turística y de una belleza medieval tan característica de esta zona; Edimburgo, con innumerables conjuntos arquitectónicos de gran valor; o Glasgow, una ciudad impresionante de corte victoriano, son sólo algunos ejemplos de la riqueza urbanita de Escocia.
La cultura de este país es una síntesis perfecta entre las diferentes tradiciones y costumbres de los pueblos celtas e ingleses que poblaron la zona. El carácter de sus gentes es abierto y hospitalario. Los escoceses son conocidos por su amabilidad, lo que convierten a esta región en el destino más acogedor de Gran Bretaña.