Turquía, la puerta de Asia
Un país que tiene un pie en Europa y otro en Asia, y que nos ofrece cosas excepcionales en lo que respecta a cultura, historia y paisajes es imposible que te defraude.
Turquía es increíblemente diversa. Playas, lagos, montañas, ensenadas, puertos pintorescos, cascadas, aguas termales, pueblos centenarios… Todo ello forma parte de la experiencia. No sólo es la intersección física de Europa y Asia (con África no muy lejos) sino también un cruce de religiones, historia e imperios. Todo ello ha dejado un legado arqueológico y cultural de inapreciable valor. Y no existe mejor escaparate de todo ello que Estambul.
La ciudad más grande de Europa, Estambul es un caleidoscopio de culturas y arquitecturas, por algo es conocida como el “París del Este”. Este título oficioso demuestra la belleza de un sitio que, a horcajadas entre dos continentes, reúne la belleza de iglesias y monumentos bizantinos, palacios otomanos, innumerables bazares, magníficos restaurantes y, además, una fantástica vida nocturna.
En realidad, Turquía tiene tanto que ofrecer que es como si se tratara de un continente más que de un país.