Hotel Gabbia d’Oro

Verona, ciudad donde se encuentra el Gabbia d’Oro, es cuna de aquellos amantes que Shakespeare tan brillantemente retrató: Romeo y Julieta.

Y también testigo vivo de aquella época medieval, con calles y edificios que nos trasladan medio milenio hacia el pasado. Para gozar de todo esto no hay mejor base que este pequeño y acogedor hotel: un palacio del siglo XVIII reconvertido, lleno de muebles de época, frescos originales, alfombras orientales, techos de madera, escaleras de piedra, tejidos de lujo – con un aire de romanticismo renacentista que lo impregna todo.

Las habitaciones pueden pecar de pequeñas (excepto las suites), pero no en un edificio tan cargado de historia como éste. En algunas encontraremos bañeras redondas con patas de león, adornos de mármol rosa y mosaicos dorados. La Orangerie es un patio ajardinado donde podemos tomarnos un café o un aperitivo. Y, aunque el hotel no dispone de restaurante, hay toda clase de magníficas opciones alrededor. Los viñedos de Valpolicella y el lago Garda están a corta distancia: e ir a Venecia – a donde siempre hay que intentar acercarse – es una excursión de un día. Se comprende perfectamente que El Bardo eligiera este entorno cargado de romanticismo para situar a sus dos jóvenes enamorados.