Vida na Aldeia

A solo diez minutos de la costa, São Luís es una de esas aldeas que han sabido preservar su autenticidad. Su ritmo es pausado, su paisaje, marcado por colinas y huertas, y su comunidad, una mezcla de locales y nuevos residentes atraídos por el arte y la vida sostenible. Frente a las bulliciosas villas costeras, este es un refugio de calma incluso en pleno verano. En el borde del pueblo, Vida na Aldeia es una casa típica alentejana restaurada con esmero. Su interior combina sencillez y artesanía: cerámicas de la Oficina na Escola, textiles de Rita Kroh, lámparas de Musgo, cestos del Algarve y loza de Caldas da Rainha. Con dos dormitorios, una sala espaciosa y una cocina abierta, el espacio invita al descanso sin artificios.
El exterior sigue el mismo espíritu. Desde el jardín con olivos y árboles frutales hasta la pequeña piscina, todo está pensado para conectar con el entorno. Aquí, las vistas se abren a los quintales del pueblo y a la sierra alentejana, recordando que, aunque São Luís tenga alma de aldea, su horizonte es amplio. La bicicleta es el medio ideal para moverse por el pueblo, ya sea para ir al mercado, a un café o a un restaurante; se recomienda alquilar una con Aventura Activa o Mira Trails antes de llegar.

 Para explorar la región con mayor libertad, es imprescindible contar con un coche. Al llegar, los huéspedes encontrarán una primera comida ligera de cortesía, un detalle pensado para que la experiencia comience sin prisas. En verano, se incluyen toallas de playa, y en invierno, una caja de leña para la chimenea. La casa tiene capacidad máxima para cuatro personas, sin excepciones, y se admite un perro tranquilo, únicamente con confirmación previa.